Vivir en tiempos turbulentos by Zygmunt Bauman & Peter Haffner

autor:Zygmunt Bauman & Peter Haffner [Bauman, Zygmunt & Haffner, Peter]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Ensayo, Sociología
editor: ePubLibre
publicado: 2017-01-01T00:00:00+00:00

Sociedad y responsabilidad

Solidaridad: por qué nos convertimos en enemigos del otro

HAFFNER: Desde su primer libro sobre el movimiento obrero británico hasta sus reflexiones sobre cuestiones de la ética posmoderna, el objeto de su interés se ha trasladado de las clases sociales hacia el individuo. Lo que cuenta al final, parece ser, no es tanto la posición que uno ocupa en la sociedad, sino lo que uno hace, independientemente de su posición.

BAUMAN: No se trata solo de trasladar la perspectiva, el interés, de la clase social al individuo. Llegué a la conclusión de que las clases son hoy producto de la estadística y no de la vida. Desde la estadística podemos establecer tantas clases como queramos. Es posible catalogar a las personas según sus ingresos, según su formación, su estilo de vida, el respeto o el prestigio del que disfrutan en la sociedad, según el criterio que sea. Sin embargo, eso no refleja la realidad de la vida, sino que es el resultado de una disposición que creamos nosotros mismos como parte de un proceso de privatización e individualización. Las funciones que durante mucho tiempo fueron funciones sociales son ahora individuales. Por el contrario, para Max Weber, que como casi todos en su época aceptaba la idea de que la sociedad está dividida en clases, lo importante era, en primer lugar, la semejanza objetiva de las condiciones de vida. Las personas pertenecen a la misma clase cuando viajan juntas en el mismo barco.

HAFFNER: Karl Marx, que desarrolló el término de clase, hablaba de la «clase en sí» y de la «clase para sí», tal como lo había enunciado Hegel. Convertirse en «clase para sí» significa desarrollar una conciencia de clase.

BAUMAN: Para ascender de la «clase en sí» a la «clase para sí», una clase tiene que ser activa políticamente, debe comprender que todos están juntos en el mismo barco, que tienen un destino común y que es posible luchar para mejorar las condiciones de la clase. En la actualidad, esto ya no sucede en muchos lugares. Los sindicatos han perdido poder, y los medios, como la huelga, que servían para reforzar una posición en la negociación ya no están disponibles.

HAFFNER: ¿Qué consecuencias tiene esta situación?

BAUMAN: La pérdida de poder de los sindicatos ha debilitado las estrategias de defensa colectivas. Y los fundamentos sociales de la solidaridad se han visto afectados por las restricciones en los sistemas públicos de seguridad social que protegen frente a un revés del destino o el fracaso individual. Y ahora es tarea del individuo encontrar una solución para los problemas que él no ha causado. Solo se tiene a sí mismo, sin los medios ni los recursos que serían necesarios para esta tarea. ¿Cómo puede ejercitarse la solidaridad si uno tiene que cambiar constantemente de trabajo?

HAFFNER: ¿Cómo hemos llegado hasta aquí?

BAUMAN: Hace cincuenta, sesenta años el modelo clásico de las relaciones entre el capital y el trabajo era la fábrica de automóviles Ford. El rasgo principal de la fábrica era la dependencia mutua entre el dueño de la fábrica y sus trabajadores.

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